La necrópolis de San Román se encuentra a unos dos kilómetros de Biota, en dirección norteste. Hay que seguir un camino sin asfaltar que va casi paralelo a la carretera de Malpica, en la margen derecha del río Arba de Luesia. Se llega a una pequeña elevación llamada San Román quizá porque se puso en relación con la ermita del mismo nombre que se alza más al norte.
El saliente está rodeado de una parte por el barranco de Valdesansoro y por otra por el río Arba de Luesia que corre a sus pies. Su elevación, y la vaguada que lo protege de los vientos hacen un lugar idóneo para el asentamiento humano. Desde lo alto se domina un amplio panorama de cerros y llanuras, con la sierra de Santo Domingo al fondo.
En este yacimiento arqueológico se han documentado restos de lo que fueron edificios pero no se desconoce su función. Hay un muro inferior de una longitud de unos 100 m que rodea el perímetro del cerro. Está formado por piedras mal labradas en general unidas sin argamasa, en seco y que no guardan una disposición ordenada. En unos tramos se ven hileras horizontales, en otros están inclinadas, y en algunos se ven sillares que parecen corresponder a la parte más importante del muro.
Se puede ver otro muro, orientado de este a oeste. En este caso se distingue la parte exterior formada por grandes piedras irregulares y una interior compuesta por piedras pequeñas. Hay también un canal, una conducción de agua, posiblemente de desagüe, que desciende por toda la zona edificada. Grandes piedras irregulares delimitan la canalización.
Lo más interesante son las tumbas. Se encuentran en dos zonas separadas por una vaguada donde también hay restos de edificaciones. En la más próxima al río se documentan nueve tumbas. Una de ellas resulta la más interesante de todo el conjunto. Está sola, sobre un bloque exento. Tiene forma ovalada, está orientada al este y mide 185 cm de largo por 45 cm de ancho.
En el resalte rocoso orientado hacia el oeste están el resto de las tumbas, otras seis. Durante la excavación arqueológica de la necrópolis se localizó en una de ellas una gran cantidad de pequeños clavos con la cabeza en forma de pirámide.
No guardan relación en cuanto a la orientación puesto que se pueden ver tanto de ese-oeste como norte-sur. Algunas están desplazadas de su posición original y muchas han sido expoliadas.
Se le ha otorgado a los restos de este cerro una cronología medieval, del momento en que Sancho el Mayor llevó a cabo la fortificación de la zona. No hay una tipología clara de enterramiento para poder clasificarlas cronológicamente pero por el lugar en el que están situadas no es aventurado fecharlas hacia la primera mitad del s XI, primer momento de expansión cristiana desde el norte de las Cinco Villas hacia territorio musulmán.
PARA SABER MÁS
- LABE VALENZUELA, L., «Necrópolis altomedieval en Biota (Zaragoza)». I Congreso de Arqueología Medieval Española. Huesca 1985