La localidad trabaja duramente para recuperar la importancia que tuvo en el ramal cincovillés del Camino de Santiago y convertirlo en un impulso turístico.
Aunque en la actualidad Biota está ubicada al margen de las principales vías de comunicación, no siempre ha sido así. La villa conserva los vestigios de la importancia que tuvo como cruce de caminos desde la época romana hasta finales del siglo XIX. La existencia de topónimos locales como ‘Corral de los peregrinos’, ‘Camino de los peregrinos’, ‘Corral del Hospital’ y ‘Camino del Corral del Hospital’ y también de restos de edificaciones realizadas en piedra sillar a la manera del siglo XII, llevó al historiador Fernando Ezquerra a emprender un trabajo de investigación. Su conclusión determina que «hay suficientes datos historiográficos para reconstruir el papel que jugó Biota como camino en un amplio espacio temporal que iría desde la implantación de la romanización en el valle medio del Ebro hasta el siglo XIX y que el cruce de vías romanas se acabó transformando en un camino fundamental en la Edad Media que unía Sádaba, Farasdués, Luna, Erla, Puendeluna y Marracos».
La pandemia de la covid-19 ha supuesto un retraso en la inicial intención de celebrar una reunión con los alcaldes de las poblaciones cincovillesas que formaron parte del ramal del camino jacobeo. «Creo que los carteles que anuncian las poblaciones se merecen sin ningún tipo de discusión la presencia del símbolo que indica el paso de un camino que va hacia Santiago», opina este estudioso del patrimonio biotano. No se descarta el estudio, la localización y el marcado del antiguo trazado. El alcalde de Biota, Ezequiel Marco, ha acogido la idea con entusiasmo. «Presentaremos la idea a los demás ayuntamientos tan pronto como podamos, para recuperar lo que fue el antiguo camino; va a suponer un atractivo más para estas poblaciones», dice.
Localizar la ubicación exacta de la histórica «casa del peregrino de Biota» es otro de los retos que se plantea Ezquerra. Ha localizado los restos de dos antiguas ventas, una de ellas la que que con el paso del tiempo prestaría su denominación al actual barrio biotano. «Después, tocará estudiar todo lo relacionado con su Santo Hospital y la ruta del camino y corral de los peregrinos, al menos hasta Puilampa».
Ezquerra señala que hasta el siglo XIX, Biota era un cruce de caminos de primer orden enclavado en el norte del valle medio del río Ebro. «Por él transitaban peregrinos que iban o volvían de Santiago, Roma y Jerusalén». A pesar de eso, hoy no queda ningún rastro de ese tramo de más de 30 kilómetros. «Debía seguir el curso actual del Canal de las Bardenas y, a todas luces, evitaba Ejea de los Caballeros para, en diagonal, preferir los otros dos hoy menores municipios», dice.
Fuente: Heraldo de Aragón