Un reciente informe del biotano Fernando Ezquerra arroja luz sobre la relevancia que tuvo la vía, que decayó a partir de 1833.
Los distintos ramales del Camino de Santiago que se dibujan sobre el mapa peninsular sirven de estímulo económico para cientos de municipios. Localidades aragonesas, navarras, riojanas, castellanas y gallegas, pero también andaluzas, portuguesas y levantinas, fijan población gracias al caudal de peregrinos que durante todo el año -especialmente en primavera y verano- recorren sus calles, compran en sus tiendas, comen en sus bares y pernoctan en albergues y hoteles.
Fuente: Heraldo de Aragón